Uruguay, la región y el mundo no escapan a la realidad de la pandemia generada por el Coronavirus o el COVID-19.
El impacto social de la no movilidad, trae aparejado consecuencias en el corto, mediano y largo plazo, para un país y su sociedad.
Desde un punto de vista sanitario, es un acierto que el Gobierno, el mundo empresarial y la sociedad, sean obedientes con las recomendaciones de la no movilidad, para que el COVID-19 que resultó ser un virus muy contagioso, no se propague exponencialmente.
Desde un punto de vista empresarial, hay sectores e industrias que se ven más afectadas que otras, las industrias del turismo, la gastronomía, el deporte y el entretenimiento sin lugar a dudas se ven afectadas por estas medidas. En otras industrias, la adopción de trabajar en forma remota puede llegar a ser una alternativa válida, por eso nuestra última publicación sobre recomendaciones de herramientas y servicios en la nube.
Pero desde un punto de vista laboral y profesional, hay muchos profesionales que están acostumbrados a trabajar en forma remota, a teletrabajar, o a comunicarse a través de video llamadas, cuando cuentan con compañeros o clientes en otros países.
Sin embargo, hay otros trabajos que se dignifican y se revalorizan más que nunca en épocas de crisis como los medios de comunicación, pero muy especialmente los profesionales de la salud. Aquí aparece una vocación de servicio que trasciende los efectos adversos que puedan a llegar a tener sobre uno, en pos de informar, cuidar y atender a la comunidad, a la sociedad toda. Aquí las plataformas digitales también colaboran en brindar más alternativas, tanto a los medios para potenciar sus plataformas digitales, como a los médicos al realizar el abordaje de la atención primaria de la salud en forma remota, quedando a disposición por las redes sociales, como vimos varias iniciativas de varios profesionales médicos amigos, o generando contenido audiovisual valioso con recomendaciones fundadas y tips para cuidarse sobre el contagio y qué medidas tomar frente a la inminente aparición del virus.
Una vez contextualizada la situación actual, en la cual un país como Uruguay se ve desafiada por su economía y tamaño comparativamente menor que los otros países limítrofes de la región, nos gustaría dar dos visiones del vaso medio vacío, pero sobre todo del vaso medio lleno, para dar luz y poder inspirar a aquellos empresarios que se ven desafiados con una disminución o cancelación de la demanda, así como a aquellos profesionales o empleados que también se ven amenazados con un seguro de paro o un despido inminente.
El vaso medio vacío está reflejado en el impacto en el mediano plazo que las medidas que están tomando los gobiernos para mitigar la epidemia. Este enfoque en mitigar la proliferación del virus, trae aparejada una retracción de la actividad económica que impacta directamente sobre la actividad laboral y sobre la industria nacional. Lo crítico acá es evaluar cuál es el mal menor, pero sin lugar a duda, que a nivel mundial más tarde o más temprano, todos los gobiernos están tomando actitudes similares, parecería entenderse la lección que lo primero es la salud humana.
Pero el vaso medio lleno es utilizar esta pandemia, esta coyuntura y “ser creativos” pensar fuera de la caja y repensar el negocio para los empresarios en términos de propuesta de valor y también de mercado. También para la fuerza laboral y para los profesionales el foco debería ser el mismo, cómo puedo agregar valor con la coyuntura actual, cómo puedo agregar valor no sólo a nivel doméstico, sino más allá de las fronteras.
Una empresa puede ser creativa desarrollando el ecommerce, para comercializar productos y servicios, apoyados en la tecnología. Suena sencillo, sin duda que es muy difícil, pero para éstas quizás no sea una nueva forma de realizar las cosas, dado el contexto, puede llegar a ser la única forma de poder hacerlo en el corto y mediano plazo. Pero al desarrollar su ecommerce o empezar a vender productos y servicios en línea, la buena noticia es que pueden animarse a mirar más allá de Uruguay, hoy los desafíos del ecommerce son físicos no digitales, una vez resuelta la logística y los medios de pago, parecería que todo lo demás es mucho más fácil y ahí la tecnología sí puede agregar valor.
Si bien como comentábamos, comparativamente Uruguay puede ser chico, si se compara con Brasil o Argentina, también comparativamente tenemos un gran talento profesional y un carácter Charrúa, que nos hace destacar en diferentes ámbitos. Este ADN especial del uruguayo, sumado a las plataformas tecnológicas y a la coyuntura actual, puede también desarrollar el músculo para empezar a ofrecer servicios profesionales o técnicos en forma remota y empezar a ser competitivos en términos de mercado, no sólo por la variable precio, sino por el valor agregado, la seriedad y el profesionalismo que podemos llevar adelante. Así hay servicios profesionales y técnicos como “traductores”, “periodismo”, “locución”, “desarrollo web”, hasta ser más creativos y brindar un servicio en forma estable en forma satélite y virtual a una empresa. Aquí la escala es importante y si el mercado es la región o el mundo, puede haber infinitas oportunidades, porque así como a todos nos afecta el COVID-19, todos tenemos los mismos problemas y desafíos; y cada vez estamos más abiertos (más allá del cierre de fronteras puntual), para recibir ayuda y servicios de otros. En este sentido existen plataformas como Workana o Freelancers, que son un “marketplace” en la que las empresas solicitan trabajo, pero también la fuerza laboral ofrece sus talentos y servicios.
Al mundo laboral y empresarial los invito a pensar fuera de la caja, a tener espíritu positivo creativo y ver cómo este COVID-19, más que un virus, es una gran oportunidad para poder reconvertir nuestra propuesta de valor y lograr un nuevo marco de referencia elevando la mira.
En Keiretsu estamos para colaborar con el mundo empresarial en elevar la mira y cambiar dicho marco de referencia.